Una consulta exitosa comienza con la creación de un entorno cómodo y acogedor. Asegúrese de que el área de consulta esté limpia, bien iluminada y sea semiprivada. Salude a sus clientes con calidez y haga que se sientan cómodos. Establecer una buena relación es fundamental para alentar a los clientes a compartir sus pensamientos e inquietudes abiertamente.

Escuchar activamente es una habilidad fundamental para comprender los deseos y las inquietudes de su cliente. Preste mucha atención a lo que dice y haga preguntas complementarias para aclarar sus expectativas. Reflexione sobre lo que escucha para asegurarse de que ambos están en la misma sintonía.

El uso de ayudas visuales puede mejorar significativamente su consulta. Proporcione a los clientes fotografías de antes y después de su trabajo anterior para darles una idea realista de qué esperar. Además, utilice diagramas o ilustraciones para explicar el procedimiento y sus efectos.

Es posible que los clientes no comprendan completamente el proceso de PMU, las limitaciones de ciertas técnicas o el proceso de curación.

Tómese el tiempo para educarlos sobre:

• El procedimiento: Explique cada paso del proceso, incluida la preparación previa al procedimiento, el procedimiento en sí y el cuidado posterior al procedimiento.
• Resultados esperados: Analice lo que se puede lograr de manera realista en función de su tipo de piel, características existentes y resultado deseado.
• Proceso de curación: describa las etapas de curación, los posibles efectos secundarios y el tiempo que llevará ver los resultados finales.

Explíqueles la variedad de resultados posibles, incluidos los mejores escenarios y las posibles complicaciones. Asegúrese de que los clientes comprendan que los resultados individuales pueden variar y que pueden ser necesarias varias sesiones para lograr el aspecto deseado.

Proporcionar a los clientes información escrita sobre el procedimiento, instrucciones de cuidados posteriores y qué esperar durante el proceso de curación. Esto les sirve como referencia y ayuda a reforzar la información analizada durante la consulta.

Establezca límites claros sobre lo que puede y no puede hacer. Si un cliente solicita un procedimiento o resultado con el que no se siente cómodo, es importante comunicárselo y, si es necesario, derivarlo a otro profesional.

Es fundamental ser honesto con los clientes sobre lo que se puede lograr. Evite hacer promesas que no pueda cumplir. Si las expectativas de un cliente no son realistas, explíquele con delicadeza por qué ciertos resultados podrían no ser posibles y ofrezca soluciones alternativas.

Anime a los clientes a expresar sus inquietudes y preguntas durante todo el proceso. Aborde cualquier problema con prontitud y proporcione respuestas claras y empáticas. Si un cliente no está satisfecho con los resultados, trabaje con él para encontrar una solución satisfactoria.

Mantenga una comunicación abierta con los clientes después del procedimiento. Bríndeles instrucciones claras sobre los cuidados posteriores y manténgalos informados durante el proceso de curación. Esto ayuda a garantizar que sigan los cuidados recomendados y le permite abordar cualquier problema desde el principio.

Pida a los clientes que le den su opinión sobre su experiencia y los resultados. Utilice esta opinión para mejorar su práctica y abordar cualquier inquietud recurrente. Los comentarios positivos también pueden utilizarse como testimonios para construir su reputación.